Mi llegada

Ya estoy instalado, mis abuelos me han preparado una pequeña habitación en la parte superior de la casa, creo que es la que utilizaba mi tía de soltera. Mi abuela me trata como si aún fuera un crío y esta la verdad bastante pesada, mi abuelo va a su rollo y no se preocupa mucho por mi, mejor así.

Mis padres se marcharon el domingo por la tarde y estaré un par de semanas sin verles.

Mi primer contacto con mis “conocidos” no fue muy ilusionante la verdad, estuve con ellos un par de ratos el fin de semana y los tíos solo se dedican a beber y gastar “perras” como dicen ellos. Hay tres bares dedicados a la gente joven, bueno cuatro pero al “Reloj” aún no he entrado, en realidad he pasado la mayor parte del tiempo que he estado con ellos en el “Bulevar”, que es un antro infumable con una música penosa, unos servicios inútiles pero que es donde esta cuadrilla pasa el tiempo. El garito es un pasillo estrecho que es un poquito más ancho en la entrada que es donde esta la barra y donde se concentra la gente.

Lo mejor del fin de semana fue ver como en la noche de San Juan en Ateca existe la tradición de que los “mozos” cubren de cardos o flores las puertas y ventanas de las “mozas”, flores para las guapas y cardos para las otras.